La manera en cómo nos hablamos también repercute en nuestro cuerpo.
💡Revisar lo que nos decimos es necesario.
La neurociencia ha establecido que lo primero que experimentamos ante un estímulo concreto es una emoción básica, y que a medida que racionalizamos esa emoción buscando más datos e información almacenada en nuestro cerebro, construimos el sentimiento.
Esto lo expresa bien una fórmula útil pero poco matemática: emoción más sentimiento es igual a sentimiento.
👉🏻Todo pensamiento provoca un sentimiento y una actitud que mueve nuestras conductas.
😃Te propongo un ejercicio muy simple y práctico para identificar los pensamientos que no te apoyan o incluso que te limitan.
1)- Agarra un papel y lápiz, y durante una semana o dos, dedícate a identificar cada noche al terminar el día situaciones de ese día en las que no te sentiste bien con lo que hiciste.
2)- Déjate llevar e identifica al menos una o dos situaciones cada día apuntando de cada una de ellas:
qué pensaste, qué sentiste, qué hiciste. Por separado, y en ese orden.
3)-Seguro que a la vuelta de dos semanas, simplemente con mirar tu lista, lograrás conclusiones propias muy edificantes, palabras que te repetís etc
Esto nos hace reflexionar, poder distinguir nuestro discurso para poder elegir qué hacer con ello .
¿ Cómo es tu conversación con vos misma?
Te leo 👇🏻
Mari