Esta próxima semana estaré compartiendo con ustedes cómo es la manera de relacionarnos con nuestro exigente, qué sucede cuando nos viene esa voz que quiere todo ahora, todo ya, que a veces suele ser una voz descalificada.
Para empezar a distinguir entre la exigencia y la excelencia, podemos enfocarnos en comportamientos que tienen las personas en cada forma de accionar:
Algunas ideas👇🏻
📍El exigente busca la perfección. El excelente se enfoca en mejorar permanentemente.
📍Alguien exigente genera tensión, ansiedad, frustración y decepción por querer controlar todo. La excelencia, en cambio, desarrolla la responsabilidad personal y el compromiso con los objetivos a lograr.
📍Una persona exigente vive los errores como fallos, y suele ser muy duro consigo y con los demás; por eso suele generar miedo al error. En la excelencia, se lo interpreta como aprendizaje continuo.
📍Desde el universo emocional, la exigencia genera desconfianza, miedo, ansiedad, temor a represalias o a ser juzgado; mientras que el enfoque en la excelencia promueve la empatía, la confianza y el saber que se cuenta con los recursos internos para sobrellevar situaciones.
🔥Es importante recordar que tener excelencia no tiene nada que ver con ser perfecto.
¿Donde pones el foco?
¿Como te exigis ser?
🗓️Recordá que el *Martes 14/11* estaré junto a Glenda Lee, Coach de Liderazgo conversando sobre como impacta el “yo debería tal cosa ….. “ a la hora de enfrentar nuevos desafíos, como construimos confianza para avanzar a favor de nuestros deseos..
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Abrazo y buen domingo !
Marina